Películas para comprender el imaginario suramericano (I)
Suramérica es una de las regiones mestizas más atractivas del mundo, por su riqueza cultural, su imaginario lleno de símbolos tan ecléticos como ir de un santuario a un burdel en el mismo día o su variada historia gastronómica, reconocida por los cinco continentes.
Pero, sabemos que Suramérica también es sinónimo de violencia, conflictos, pobreza y corrupción. Esta bipolaridad hace que comprenderla sea un desafío, incluso si vives en alguno de sus países.
Gracias a la vida, tenemos al Cine para estimularnos y someternos a lecciones visuales sobre ese asunto llamado imaginario suramericano. Desde sus inicios, la estética del cine ha demostrado que mucha de sus mejores historias tienen raíces en la propia realidad del guionista o director, ese mago con el poder de hacernos reflexionar sobre situaciones increíbles hasta el punto de identificarnos con ellas y animarnos a ser parte.
¿Eres de ese grupo? Pues, aquí te traemos una lista de películas que narran parte de la realidad suramericana y que son referentes mundiales por la recepción que han tenido en salas y festivales.
- El baño del papa (Uruguay)
Esta producción uruguaya es engañosa en sus primeros minutos, pero si pones atención resguarda una buena metáfora de lo que se oculta tras esa imagen de “pueblo humilde, con gente trabajadora”.
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Esta cinta demuestra que eso de la ‘viveza criolla’ no es asunto únicamente de los venezolanos, pues los habitantes de la localidad de Melo, en la frontera con Brasil, también son buenos embajadores de la expresión coloquial, relacionada con el aprovechamiento de una situación para obtener beneficios personales.
Sí, en el “Baño del papa” se narra cómo la visita de Juan Pablo II moviliza a toda la población con el sueño compartido de “salir de la pobreza”, mediante venta de comestibles, estampas, productos religiosos y la sutil idea de Beto y su esposa, quienes guiados por el instinto de ofrecer algo innovador, empeñarán sus bienes para construir un baño público frente a su casa.
La historia está llena de humor, escenas cotidianas y paisajes rurales que te llevarán a los campos uruguayos.
2. Relatos salvajes (Argentina)
Euforia, violencia e impotencia son apenas tres de los sentimientos que vivirás al ver esta multipremiada película que, hasta la fecha, es la cinta argentina más vista en toda la historia (y que conste, su industria cinematográfica es de las más exitosas de la región). Con el reconocido Ricardo Darín y la coproducción con los hermanos Almodóvar, esta película ofrece más de un motivo para verla ya mismo.
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Aunque el país sureño goce de fama por ser la ‘Pequeña Europa’ de la región suramericana, la categoría no elimina vicios históricos de su geografía como lo son la corrupción institucional y la violencia psíquica que ésta provoca en sus habitantes; no en vano los porteños también son reconocidos por su dependencia y amor hacia el psicoanálisis. Con tantas distinciones no la tienen fácil los hermanos de Maradona.
De todos estos vicios habla “Relatos salvajes”, a través de seis pequeñas historias con personajes independientes, pero unidos por ese drama suramericano que tantas risas (irónicas, claro) y llanto nos provoca.
3. Machuca (Chile)
Si te interesa conocer un momento trascendente en la historia chilena, nuestra mejor recomendación es “Machuca”, la primera película de ese país filmada en alta definición y que tiene por protagonistas a tres chicos inmersos en las calles de Santiago, en días previos al golpe de estado contra Salvador Allende (1973).
Una característica comparte Chile con Colombia y es esa condición clasista de su sociedad: o eres pobre o eres rico, ser del medio no cuenta. Y en este filme se demuestra llevando un hecho real a la pantalla grande:
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En el poco tiempo que estuvo Allende en el poder, obligó a colegios privados a recibir grupos de chicos de condiciones económicas inferiores, con el propósito de acortar esa brecha. Así es como Pedro, Gonzalo y Silvana se hacen amigos sin importar la casa en la que viven, el resultado tendrá forma de amor y amistad; aunque el final nos haga repensar sobre el papel que la política juega en nuestras vidas.
“Machuca” nos recrea el ambiente previo a la llegada de Augusto Pinochet al poder y también nos ofrece una mirada honesta sobre los conflictos y las decisiones humanas alrededor de éstos.
4. ¿Quién mató a la llamita blanca? (Bolivia)
Nadie imaginaria que debajo de esas anchas y coloridas faldas de las cholas bolivianas se esconden evidencias criminales, ni que la inocencia que irradian los hombres con sus ponchos y sombreros sean la mejor coartada para un delincuente. Suena hasta chistoso, pero eso narra esta película, reconocida por ser la más taquillera de la historia boliviana y recordemos que el país no posee una gran industria.
Jacinto y Domitila son una pareja bastante peculiar: dicen ser marido y mujer, dicen estar embarazados, pero de pronto ocurre que esa barriga oculta un polvito mágico, bastante atractivo para el mercado clandestino. Como si no fuera complicada la situación, una llamita es secuestrada y los medios hacen toda una revuelta por la perdida y el ‘significado turístico’ que tiene.
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Política, racismo, drogas y manipulación mediática forman parte de la dosis de “¿Quién mató a la llamita blanca”, una película que se aprovecha del humor y el folclore boliviano para reclamar y hablar de aquello que pasa por debajo de la mesa.
5. Madeinusa (Perú)
En lenguaje Quechua, Manayaycuna es igual a “Pueblo al que nadie puede entrar” y en ese lugar ocurre la historia entre Madeinusa y Salvador, un joven de la capital que llegará al pueblo sin sospechar que está a punto de cambiar su vida.
Con una semiótica rica en trajes, imágenes religiosas, palabras víctimas del mestizaje y fascinación por lo extranjero, este filme propone ir de la realidad a la ficción o, también es una apuesta peruana al Realismo Mágico que tan bien supo crear el grande Gabriel García Márquez.
La historia sucede entre las 3:00 pm. del Viernes Santo hasta la mañana del Domingo de Resurrección, un lapso extraordinario para que los habitantes hagan lo que les venga en gana porque “como Dios está muerto no puede ver lo que hacemos”. Con este intrigante disparador iniciarán los conflictos que provocarán un final inesperado, como casi todo lo que vivimos a diario, quienes tenemos casa en este lado del mundo.
Aún queda material por revisar; porque Brasil, Paraguay, Ecuador y Venezuela también tienen películas para darnos lecciones sobre Suramérica, sus realidades, mitos y ambiciones.