Películas para conectarse con Chile
El chileno es uno de los más representativos en la cinematografía latinoamericana; en principio por sus historias profundas que además del drama característico siempre se preocupan por utilizar recursos como la ironía o el humor para narrar el pasado y presente de un país marcado por dictaduras y desigualdades.
En los últimos años es Pablo Larraín el nombre joven de una generación de escritores que, pese a ser talentos de exportación, ha mantenido la mirada en la realidad del mundo y en las cicatrices abiertas que aún están sanando.
Así como el mexicano o uruguayo, el cine chileno es una perfecta metáfora de lo que fue y es una de las regiones australes más maravillosas del planeta.
Compartimos nuestro conteo de películas chilenas necesarias:
- Nostalgia de la luz (2010)
Combinación de documental y drama del realizador Patricio Guzmán. Por un lado muestra fotografías asombrosas del trabajo de científicos en el desierto de Atacama y su importancia para revelar preguntas tan ambiguas como la clásica de ¿dónde venimos?, ayudados por estrellas y la galaxia completa.
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En contrapeso, la historia se permite conectar la belleza del desierto con su capacidad de preservar cadáveres humanos sin más químicos que su propia naturaleza. Sobre esa aspereza, mujeres buscan a sus familiares aún desaparecidos en el periodo de Pinochet.
- El club (2015)
En un pueblo rural de la región Región de O'Higgins, la iglesia esconde a un grupo de sacerdotes pecadores que parecieran no estar consciente de su situación de claustro social. La llegada de otra pareja a la casa removerá el pasado oscuro de cada hombre y la convivencia quedará rota.
Esta película de Larraín habla de humanidad y de una de las verdades más difundidas en la última década: “los pecados de la Iglesia Católica” desde el punto de vista de seis sacerdotes chilenos.
El controversial tema le valió a Chile el Oso de Plata, otorgado por el Festival Internacional de Berlín, y una segunda nominación en su breve historia por los Globos de Oro.
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- Historia de un oso
https://www.youtube.com/watch?v=OOjMr9nK_cs
Hacemos un paréntesis y colamos a un cortometraje en nuestra lista, animado además; pero no menor por esa etiqueta. El abuelo del cineasta Gabriel Osorio tuvo que huir a Inglaterra luego del golpe militar de 1973, en donde formó una nueva familia alejado de su país natal. Ese episodio es la esencia de los 10 minutos del corto que aquí compartimos completo.
Con técnicas animadas en 2D, 3D y stopmotion la película conquistó el primer Oscar para su país en 2016. Un vivo ejemplo de que un oso animado es tan valioso como el mejor drama de superhéroes.
- La vida de los peces (2010)
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Una historia de amor, fresca, nostálgica y con una gran pecera como parte de la decoración (también es una linda metáfora de lo que ocurre). El cuarto largometraje de Matías Bize ganó el Goya y cuenta con una treintena de premios más, pero lo mejor de la película es la sencillez, esa simpleza hecha magia con la ayuda de una gran producción.
En La vida de los peces, un hombre regresa de Berlín con la intención de despedirse de sus amigos y regresar a Alemania a residenciarse permanentemente. Pero en Chile está la mujer quien fuera el amor de su vida; encontrarse con ella podría ser el cambio que él realmente necesitaba.
- Machuca (2004)
El niño apellido Machuca conocerá a Gonzalo, un chico de la clase alta estudiante en uno de los colegios más prestigiosos de Santiago. Ambos se hacen amigos e integran a Silvana al grupo, otra chica de clase baja como Machuca. Los niños inician una amistad muy fuerte sin saber que la división política del país, en los días previos al 11 de septiembre de 1973, cambiará sus vidas radicalmente.
El director Andrés Wood partió del viejo programa establecido por Salvador Allende en las escuelas, ese que invitaba a la enseñanza sin distinciones sociales en las escuelas del país.
Machuca logra conmover, genera rabia y hasta incomodidad; pero es una película necesaria para conectarse con la historia reciente de Chile.