5 playas para enamorarse de la costa uruguaya
Quien haya leído sobre Uruguay sabe que su población total no supera los cuatro millones de habitantes y que el 99% de sus habitantes camina con el mate y el termo bajo el brazo, sin importar la hora del día ni la circunstancia. El pequeño país de América del Sur es conocido, además, por la humildad de su gente y por ser dueño de una costa de 672 km. en la que se mezclan aguas dulces con saladas.
Son seis los departamentos costeros, cuatro de ellos bañados por el Río de La Plata y los restantes por las olas del frío Atlántico. Aunque es Maldonado el que goza de fama internacional, por ciudades como Punta del Este visitada anualmente por artistas y jóvenes de todo el mundo; la provincia de Rocha esconde el privilegio de ser destino de descanso y desconexión para viajeros cansados de centros comerciales y movida nocturna.
Más allá de la serenidad del mar, el departamento de Rocha se ufana de ser un destino seguro en el que sus habitantes duermen con las puertas abiertas o, casos más particulares, dejan la llave de éstas del lado fuera como un símbolo del viejo refrán: “Mi casa es su casa. Pase nomás”.
Lugares como Cabo Polonio se han convertido en un clásico para jóvenes suramericanos que, cansados del ruido de sus capitales, corren a refugiarse entre sus dunas apenas llegan las vacaciones. Pero, más allá de este icónico poblado al que el compositor Jorge Drexler dedicó su disco 12 segundos de oscuridad existen otros destinos que bien merecen una dulce escapada.
1. La balconada, La Paloma
Es una playa familiar, rodeada por construcciones modernas y coronada por un faro al que se puede subir en época veraniega. De todos los poblados del departamento Rocha, es La Paloma el más desarrollado, con servicios como supermercados, restaurantes y mercados artesanales.
Un detalle idílico es llegar hasta el punto más extremo para observar de cerca a los lobos marinos, verlos nadar y tomar sol sobre las rocas es de lo más tierno que verás en La balconada.
2. La viuda, Punta del diablo
Sus ranchos de colores, construidos a metros de la arena dorada de La viuda, son el mejor paisaje de esta playa que destaca por ser estacionamiento para pescadores y lugar de construcciones abandonadas que han sido embellecidas por artistas callejeros y artesanos que ofrecen desde imanes hasta pañuelos playeros.
Lo mejor de esta playa es que puedes disfrutar de una rica comida a orillas del mar, en compañía de tu pareja o amigos, mientras cierras los ojos y disfrutas del choque del agua con las grandes piedras que bordean la orilla.
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3. Valizas, Barra de Valizas
Aunque Cabo Polonio le ha robado cantidad de postales, las aguas de Valizas son tan tranquilas que merecen más de una tarde para recorrerla y aventurarse a sentarse en algún barco abandonado a mitad de orilla.
Si quieres vivir un momento romántico inolvidable recomendamos ir en invierno, época en la que una bruma espesa cubre el mar y parte de las dunas que rodean el paisaje de aguas saladas y dulces. Además, hay varias cabañas cubiertas de arena en las que sólo se escucha el vaivén de la playa, ideal para aquellos que van en plan de total desconexión.
4. Cabo Polonio, Barra de Valizas
Es la favorita de jóvenes y, curiosamente, la de adultos también. El principal atractivo es no poseer servicio eléctrico y por ende estar exenta de Wi-Fi y redes sociales. En Cabo Polonio no serán necesarias las selfies ni la inmediatez de Instagram, en esta playa se espera la noche para ver las estrellas y se puede pasar la tarde observando la enorme colonia de lobos marinos que se apuestan en los alrededores del gran faro.
Otro dato para amar Cabo Polonio es la manera en que se accede al poblado: o en la parte trasera de un jeep o atravesando las espesas dunas que la separan de la vecina Valizas. Ambos recorridos son hermosos y te dejarán con la sensación de estar en medio de un pequeño desierto.
5. Del barco, La pedrera
Esta playa se desborda en tiempos de carnavales por la cantidad de locales nocturnos y por tener una única calle que se cierra para dar paso a la fiesta y a los mundialmente conocidos regocijos de agua.
En otras épocas, la playa se puede recorrer en bici o caminando hasta detenerse en el Cathay, un barco taiwanés que naufragó en la costa uruguaya en 1977 y se convirtió en símbolo de La pedrera; poblado repleto de piedras enormes que ocupan parte de su costa,.
En este poblado te enamorarás de las leyendas contadas por sus habitantes sobre el barco asiático que se mantiene encallado en la arena, también podrás ver amaneceres frente al mar o tomarte unos cuantos cócteles mientras el día pasa, sin televisores ni señales de radio.
Después de visitar estas cinco playas, no sabrás con cuál quedarte; pero de seguro habrá una que te fleche a los cinco minutos.