Walking free por Valparaíso

Walking free por Valparaíso

Walking free por Valparaíso

Hay ciudades para recorrerlas caminando, perderse en ellas y descubrir sus secretos en lugares tan inciertos como paredes, casas y miradores. Valparaíso es una de ellas y sus 42 cerros de colores son la mejor ilustración de por qué sigue siendo una de las más visitadas de Chile.

Miras hacia el cielo y está coronado por casitas naranjas, rosas, amarillas y verdes. Miras abajo y las calles parecen recovecos con grafitis y murales también multicoloridos. En Valparaíso la mayor virtud es el color y su abundancia hacia cualquier lugar que se mire.

El mar apacigua la mirada cuando bajas hasta el puerto, las lanchas apostadas y los leones marinos echados en éstas como una postal cotidiana te dan pistas de la vida en esta ciudad que fue puerto principal de América, es Patrimonio de la Humanidad y encabeza los destinos más visitados del país astral, después de su deslumbrante Patagonia.

Si te quedas pocos días en Valparaíso la mejor opción es caminar. Tanto hacerlo por tu cuenta hasta perderte y terminar comiendo las mejores empanadas fritas que probarás en tu vida, hasta enfilarte en el grupo diario de walking free que, con salida en la plaza principal de la ciudad, se encarga de ofrecer un tour muy simpático por los alrededores del centro y por alguno de sus cerros.

La ventaja de este servicio es que pocas veces tienen una tarifa, por lo que ofrece la oportunidad de valorar el recorrido y hacer una colaboración para el grupo de voluntarios que se toma la tarea de mostrar el día a día en Valparaíso, con tus pies y curiosidad como únicas guías del trayecto.

Alegre y Concepción

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En toda la ciudad hay 16 ascensores o funiculares que comunican a la gente con los cerros. Pagando una pequeña colaboración, puedes subirte en éstos y conquistar la cima y cotidianidad de las comunidades porteñas que encuentran en el mar y los productos locales una oportunidad para trabajar y mantener ese espíritu de “todos somos familia” que se repite entre vecinos y visitantes, una vez desembarques en alguno de sus cerros.

Los más populares entre turistas son los cerros Alegre y Concepción, ambos representantes de la historia e idiosincrasia del chileno, marcada por un pasado inmigrante, con piratas en sus aguas y una mixtura de razas, sabores y tradiciones.

Para llegar al Alegre debes subirte al funicular Reina Victoria y caminar hasta contar los matices y texturas de los colores y fachadas que ocupan sus calles. Es éste el preferido de turistas por sus construcciones inglesas, sus pulperías aún abiertas al público con su arquitectura tan tradicional y sus vecinos dispuestos a narrarte el pasado de sus calles.

Junto al Alegre está Concepción, muy parecido al primero pero con una extensión más larga. Lo que resalta en éste son las galerías de arte, los museos al aire libre y los murales de artistas callejeros que han sabido narrar la cotidianidad, crítica y cultura del habitante del puerto. Es bueno aclarar que el adjetivo porteño es compartido tanto por la gente que vive en Valparaíso, como por quienes hacen vida en la capital argentina.

Cuando llega el tiempo de descender del cerro, los líderes del walking tour se despiden en las murallas del puerto. Allí tienes dos opciones: tomar un bus hasta Viña del Mar y darte un chapuzón si el frío del Pacífico te lo permite o esperar la tarde para tomar un paseo por el mar y observar el atardecer desde una embarcación pesquera, mientras las luces de los cerros encienden y todo Valparaíso se ilumina.

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